El marketing educativo se mueve en un mundo lleno de turbulencias y cambios que desafían el presente y amenazan el futuro de las organizaciones académicas. Por eso, en las estrategias de marketing educacional hay tratar de no engañar, de no mentir. Proyectar es parte del éxito y hay que ayudar que todo tome el cariz que se le quiere dar. Proyectar con acierto, mirar la institución con acierto, imaginar lo que va a suceder, y articular respuestas es parte del éxito. Imaginar una realidad que todos los días agrega una dificultad diferente al proyecto estratégico que se está llevando a cabo. Eso no quiere decir que no se pueda intentar con muchísima ilusión y entusiasmo lo que se espera de una planificación estratégica.
Lo que no
se puede hacer es ignorar la situación y el mercado en que está inserta la
institución educacional. Esa visión determina la estrategia a realizar, porque
una cosa es la organización y sus recursos y otra el entorno que la rodea y
donde tiene que competir con éxito. En la captación y en la retención. En este
trabajo son mucho más importantes los principios que las conveniencias. No se
puede permitir que se ganen más matrículas o se retengan alumnos de cualquier
manera. A pesar que las estrategias educacionales son guerras, existe un factor
ético. Cuando se está obligado a ganar como sea, tarde o temprano se pervierte
el trabajo y el sistema. Haciendo bien el trabajo los resultados llegarán
solos. Prescindir del resultado y examinar el plan estratégico.
Nada de lo
que se haga en marketing educativo es algo que no se le haya escuchado a
alguien antes; lo importante es que a partir de allí se generen conceptos e
ideas nuevas. Siempre sostengo que la institución educacional
tiene que correr riesgos y ser diferente en su propuesta estratégica hacia el
mercado. Es fundamental para el éxito acostumbrarse a pensar distinto que la
competencia. Tener ideas y ser creativo en forma y contenido. Hacer lo que
hacen todos no es válido porque las personas y el mercado son dinámicos y ya no basta solamente con el
marketing tradicional. Todas las instituciones están
en condiciones de arriesgar, pero, generalmente, no se atreven. Esa es la gran
diferenciación para competir: atreverse a arriesgar. Entregar algo nuevo.
Memorable y persuasivo para el mercado objetivo. Todo cambió. Ahora todo es rápido. Para los jóvenes es…ahora, ya.
2 comentarios:
Comparto enormemente todo lo que dice, admiro todo su trabajo realizado desde los años 70´S ¿Dónde puedo conseguir bibliografía suya? tengo el papers Tips número tres pero, me interesan mas libros de marketing educacional.
Actualmente estoy terminando la Maestria en Mercadotecnia y Publicidad y mi Tesis la voy a desarrollar en marketing educacional para una Institución privada.
Hola María Teresa:
Gracias por tus palabras. ¿De donde escribes? Por favor escríbeme a mi mail: contacto@mbn.cl para responderte.
Saludos
Herman
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