martes, 27 de julio de 2010

Ejecutando un plan estratégico en educación

El “crítico” y CAMBIANTE sendero del éxito estratégico

Generalmente muchos de los planes estratégicos creados para instituciones educacionales fallan o tienen problemas en la etapa de implementación o de ejecución. Los tiempos entre el plan escrito y la ejecución a veces no concuerdan. La experiencia así lo indica. Para que ello no ocurra es necesario implementar rigurosos mecanismos de control periódicos de lo que se está haciendo y retroalimentado cada acción estratégica al instante.

Ello ocurre porque una organización académica está inserta en un entorno cambiante y donde habitualmente hay que adelantarse a las acciones de la competencia y remodificar las estrategias originales haciéndolas dinámicas, según vayan variando las circunstancias iniciales.

Es muy importante establecer mecanismos de revisión que permitan chequear periódicamente los avances del proceso estratégico e ir adecuando la gestión ante los cambios que se producen en el entorno. Estos indicadores permiten, cada cierto tiempo, tener un panorama de los avances en el proceso de implementación y ejecución de la estrategia.

Es clave, en este sendero, identificar los principales problemas de implementación de la estrategia identificando aquellos superables como los insuperables y desarrollar planes tácticos de acción para ellos. Es fundamental para ejecutar bien, el trabajo en equipo, desarrollar actividades centradas en el alumno-cliente, rapidez en la respuesta competitiva, trabajar en base a datos y hechos reales (no sobre presunciones) y, principalmente, contar con recursos humanos óptimos y profesionales que ejecuten una agenda de acción efectiva, atenta a los cambios y a la dinámica del entorno.

De ese modo, un plan estratégico se podrá modificar sobre la marcha cuando el momento lo requiera y su ejecución será la correcta según la información que vaya entregando el mercado educacional y sus públicos.

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